Blogia
El Viejo Rincón De Gromit

El De Los Dos Caminos

Escribamos... Y lean... Mientras... Escuchen...

Los sombreros están llenos de lluvia
en cada esquina de mi habitación.
Aún tengo el número de aquella rubia,
pero luego me siento peor.

Los criminales se han dado a la fuga.
Los detectives sufren desamor
viendo películas sucias
y concursos de televisión.

Estoy perdiendo altura
a punto de quedarme a oscuras
como una tarde de invierno.

No me vas a encontrar,
quieres tirar por la calle de en medio.
No me vas a encontrar,
no sé rodar por caminos estrechos.

Llovía en la calle, y las gotas de lluvia resbalaban por los cristales de la ventana. El otoño ya estaba aquí, y con él, el frio, la lluvia, la oscuridad y la soledad. Se oía continuamente el ruido de las gotas caer sobre el caldero colocado en la esquina de la habitación, con la única función de recoger el agua de la gotera abierta en el tejado. Pero aquel ruido, se había convertido en algo rítmico, y mientras recordaba, aquellas gotas que caían una y otra vez, le marcaban el compás a las notas que salían de su guitarra...

Y si amanece por fin y el sol incendia el capó de los coches, baja las persianas...
De ti depende, y de mí, que entre los dos siga siendo ayer noche, hoy por la mañana.
Olvídate del reloj nadie se ha muerto por ir sin dormir una vez al currelo...

Porqué comerse un marrón, cuando la vida se luce poniendo ante ti un caramelo.
Anda deja que te desabroche un botón, que se come con piel la manzana prohibida.
Y tal vez no tengamos más noches, y tal vez no seas tú, y tal vez no seas tú...
La mujer de mi vida.

Se había quedado dormido tumbado en la cama, y para cuando quiso darse cuenta, la luz del nuevo día entraba por las persianas. Intentó en vano buscar su reloj, pues la noche anterior lo había perdido en algún garito de mala muerte, pero para cuando se dio cuenta, no le importó lo más mínimo. Se había quedado sin trabajo, pero aquel no era su mayor problema ahora mismo, pues la misma vida le acababa de dar una nueva oportunidad que estaba seguro no iba a desaprovechar. Esta vez no...

Los sombreros están llenos de lluvia
junto a la orilla de tu corazón.
No necesito una canción de cuna,
no necesito una canción de amor.

Los astronautas no van a la luna,
los escenarios eran de cartón
viendo siluetas de espuma
bajo el cielo de papel carbón.

Estoy perdiendo altura
a punto de quedarme a oscuras
como una tarde de invierno.

No me vas a encontrar,
quieres tirar por la calle de en medio.
No me vas a encontrar,
no sé rodar por caminos estrechos.

Las notas de la guitarra seguían sonando, y con cada verso que pasaba, el agua se iba transformando poco a poco en un instrumento más. Y al mismo tiempo que la noche iba pasando, y la oscuridad se iba haciendo más presente, se iba dando cuenta de la gran mentira que era todo aquello. Su vida había quedado reducida a un simple decorado del que él era una simple marioneta. Estaba perdiendo su rumbo, vagaba, y no sabía donde iba. Se iba dando cuenta, a medida que acababa la canción, que aquello no era para él, que aquella no era su vida y que no sabía ni quería vivir así...

La vida es un microbús que sólo cruza una vez esta breve y absurda comedia
y yo no soy Mickey Rourke ni tú Kim Basinguer ni tengo nueve semanas y media.
La buena reputación es conveniente dejarla caer a los pies de la cama

hoy tienes una ocasión de demostrar que eres una mujer además de una dama.
Anda deja que te desabroche un botón, que se come con piel la manzana prohibida.
Y tal vez no tengamos más noches, y tal vez no seas tú, y tal vez no seas tú...
La mujer de mi vida.

Se levantó, se preparó y salió de la sucia habitación, rumbo a la calle. El sol le dio la bienvenida con sus rayos y él le respondió con una amplia sonrisa mientras se ponía sus gafas de sol. Empezó a tararear una de sus melodías mientras bajaba por la calle hacia la parada de autobús. Allí comenzaba esa nueva oportunidad que la vida le ofrecía. Atrás quedaban todos los malos momentos y la mala fama que últimamente se había ganado. Cuando llegó a la parada una bella joven le miró y le sonrió. Él la devolvió la mejor de las sonrisas mientras por su cabeza daba las gracias por ese nuevo día...

Ciudad Sin Ley

1 comentario

RaizdeBaobaB -

Las nuevas oportunidades, a veces hay q saber verlas como tal, un nuevo dia puede serlo, pensar q te queda tiempo, q puedes encontrar aún muchas cosas por ahí, a veces solo hay q caminar pero cuesta...
Me ha gustado tu historia con canciones!!