El Del Barquito Que No Queria Navegar
Hay veces en las que a los propios barcos no les apetece navegar...
Se ponen tontorrones... Dicen que no, y se quedan encallados en un banquito de arena justo antes de empezar a surcar el mar... Se asustan de las olas y del viento, del temporal, y se niegan a moverse lo más mínimo... Y nosotros nos empeñamos en que se muevan, en que tienen que navegar... Y llamamos a otros barcos para que intente convencer con su fuerza al barco rebelde... Pero él sigue convencido de que ahí fuera no le espera nada bueno, de que está bien ahí donde está...
Pero casi siempre ganamos nosotros, haciendo que el barco vuelva a navegar por donde nosotros queremos, bajo nuestras órdenes... Y él, aunque refunfuñando, nos hace caso...
Pero... ¿No sería mejor dejar al barco que sea él mismo el que supere sus miedos? ¿Que sea él mismo el que tire hacia adelante contra viento y marea? Siempre es mejor darse cuenta de las cosas uno mismo, sin que nadie nos diga nada, y lo mejor, superarlas...
A veces somos nosotros mismos los que somos como los barcos...
Ciudad Sin Ley
4 comentarios
8KELPIE -
UN BESAZO Y SIGUE ASI!!!MUAK!!!
Rubén -
panedu -
Cuando el ánimo está en suspenso, un ligero impulso le hace inclinarse a un lado o al otro.
La alegría está en la lucha, en el esfuerzo, en el sufrimiento que supone la lucha y no en la victoria misma.
Ku -
Por cierto, 2 + 2 son 4, deja de preguntármelo ya ^^U